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Elecciones: encuestas v/s primarias la gran revisión del oficialismo

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En una elección que estrenó el voto voluntario con un 59% de abstención, con una padrón electoral de 13,4 millones de electores, la gran derrota la sufrieron las encuestas telefónicas aplicadas por los partidos y algunos medios de comunicación. Este fue el instrumento escogido por Renovación Nacional para definir sus candidatos, como el caso de La unión.

Tras conocerse el resultado de las elecciones municipales, Andrés Allamand señaló: “Aquí se demostró el fracaso rotundo de las encuestas y de la política en la que se toman decisiones con cargo a encuestas que finalmente no dan pie en bola. Lo que se ha demostrado es que candidatos a los que no se les atribuía ninguna posibilidad de triunfo, han conseguido éxitos notables”.

El triunfo de esta elección fue para las primarias, ya que donde se aplicó este mecanismo los candidatos contaban con una base de respaldo que les permitió ser electos. Ese fue el caso de María Eugenia Márquez, en la capital del Ranco, que pudo presentarse como una candidata validada por un proceso de consulta que le significó ser electa como concejal.

Las primarias ganaron, las encuestas perdieron, y eso marca profundamente la línea de decisiones respecto a las presidenciales y parlamentarias del año 2013. Hoy, nadie duda de que el candidato del oficialismo debe ser definido a partir de primarias, para garantizar la validación del nominado, porque quedó establecido de que la gente busca la participación temprana y vinculante dentro de los procesos democráticos y castiga la imposición de candidatos que se hace desde las cúpulas partidarias.

No es menor analizar esta situación, por cuanto quienes creían que Laurence Golborne era el mejor candidato del oficialismo, hoy al menos lo dudan, por cuanto ningún candidato apoyado por él ganó la elección. De hecho, apoyó abiertamente a cuatro candidatos de le capital, recibiendo una advertencia de la Contraloría por lo que fue visto como intervencionismo electoral, pero ellos fueron derrotados en las urnas. Aquí, la tesis de la validación de los candidatos a través de primaria cobra fuerza y muchos ven en Allamand una mejor figura como presidenciable.

Pero, para el oficialismo este mecanismo no sólo debieran aplicarlo en las presidenciales, sino que también respecto a los postulantes a un cargo en el parlamento, ya que la traída de candidatos foráneos a regiones requieren de cierta validación local. Pero, más aún, debieran competir con aspirantes locales de los partidos, para que así cuenten con una base de apoyo real, porque obviamente los tiempos han cambiado y los procesos no pueden excluir la opinión de los habitantes de los distritos y circunscripciones a los cuales representarán en el parlamento.

Si no se actúa con ese nivel de transparencia, el oficialismo corre nuevamente un alto riesgo de sufrir una baja en las elecciones del año 2013.

La oposición aplicó este mecanismo y le favoreció ampliamente, por lo que debieran continuar en esta línea de trabajo.

Sin duda, como dicen los jóvenes, la democracia representativa “la lleva”.

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