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Protegiendo la inocencia de nuestros niños

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Por Claudio Mansilla Alt, Seremi de Gobierno.

Los niños son probablemente lo más valioso que tiene nuestra sociedad. Protegerlos no es sólo un compromiso, es nuestra obligación, como Gobierno, como padres y como seres humanos.

Vulnerar la inocencia y la integridad de un niño es quizás una de los actos más crueles que se puede cometer. Lamentablemente los delitos sexuales contra menores de edad son una realidad que existe en Chile y es nuestro deber lograr que nuestros niños estén lo menos expuesto posible.

 

Para cumplir con esta tarea se firmó el proyecto de ley que modifica el código penal y establece que quienes sean condenados por delitos sexuales que involucren a niños menores de 14 años no podrán trabajar con ellos nunca más en la vida.

 

Además se creará un Registro General de Condenas a cargo del Registro Civil. Una herramienta pública y de fácil consulta, disponible en forma gratuita, que permitirá conocer, al momento de contratar a una persona, si ella está inhabilitada para ejercer cargos que tengan directa relación con menores de edad.

 

El proyecto tiene un doble objetivo, disminuir el temor de la población y lograr una prevención más efectiva. Se exigirá, a las instituciones en que sus empleados tienen una relación directa con menores de edad, que consulten el registro antes de realizar un contrato.

 

Existe la tendencia de que quienes cometen una agresión sexual contra un menor de edad reinciden en el delito y buscan vincularse con el niño, es por esto que creamos una medida preventiva que puede tener un gran efecto en nuestra sociedad.

 

Es difícil que con estas acciones se erradique la pedofilia de nuestro país pero contribuirá a prevenir y se estará mejor preparado para evitar delitos de este tipo.

 

Una vez más es necesaria la participación ciudadana para que este proyecto de ley tenga un correcto funcionamiento, es importante que si usted trabaja con menores de edad consulte el registro de condenas.

 

Un país que vive con menos miedo, una sociedad segura y una ciudadanía con herramientas que la fortalecen son características propias de un país de oportunidades. Sin duda queda demostrado una vez más que vamos por el camino correcto, construyendo en conjunto con la ciudadanía un país desarrollado y fortaleciendo a la sociedad civil.

 

 

 

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