Por Alfonso De Urresti. Diputado socialista
El Día Mundial de la Tierra es una invitación a reflexionar sobre la necesidad de adoptar políticas que permitan avanzar hacia una mayor protección de nuestros recursos naturales, hacia un modelo de desarrollo sustentable.
La propia Organización de Naciones Unidas a través de la resolución que establece el Día Internacional de la Madre Tierra, reconoce que “la Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar y convencida que para lograr el justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales, de las generaciones presentes y futuras es necesario promover la armonía con la naturaleza y la Tierra”.
En este contexto, son variadas las iniciativas en las cuales hemos estado trabajando para proteger nuestros recursos. Recientemente, por ejemplo, hemos conformado la bancada transversal por el Agua, donde diputados de diversos partidos nos hemos unido para lograr, entre otros objetivos, que se reconozca constitucionalmente el agua como bien nacional de uso público.
Es urgente que cambiemos la actual legislación y entendamos que requerimos recuperar este recurso natural. En nuestra propia región de Los Ríos, en las provincias de Valdivia y del Ranco ya hemos visto los efectos negativos durante el verano, donde más de 29 mil personas resultaron afectadas por la escasez hídrica. Los municipios de Mariquina, Mafil, Corral, Panguipulli, Lago Ranco, Rio Bueno, entre otras comunas, saben que este problema es real y cada verano deben contratar camiones aljibes para repartir el recurso porque se están secando las fuentes de agua.
En este contexto, es importante que se puedan establecer políticas que incluyan esta problemática y que permitan intervenir a tiempo a ante un problema que ya nos está afectando gravemente. Uno de los principales motivos se debe a las plantaciones forestales, un modelo que con todos los antecedentes y pruebas, se debe modificar, tal como lo advertido la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo.
Nuestro planeta es único, como también todos los recursos de nuestra gran región. Ahora el deber como seres humanos pensantes, es protegerlo y entender que es momento de modificar nuestro modelo de desarrollo. Un ejemplo: si hay alternativas de generación de energías renovables,¿ por qué insistir en Hidroaysén? Es necesario el crecimiento, sin duda, pero con respeto, como todo orden de cosas.
