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No hubo cambio

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La campaña del actual gobernante adquirió un “colorido” para quienes lo votaron al prometer un cambio y, de esta forma, obtuvo la Presidencia de la República, sin escatimar promesas. Pasados dos años, su adhesión es de alrededor de un 30% según las los encuestadores más afines al actual régimen. ¿Qué pasó para que no hubiera cambio?

La respuesta es simple: su captura por los dos partidos gobernantes, cercado y absolutamente limitado por las imposiciones que éstos le imponen en temas como el binominal, sistema tributario, aborto terapéutico, Aysén, etc., etc.

La excelencia tampoco funcionó por la carencia absoluta, a pesar de los cambios de gabinete, de saber hacia donde encaminarse, además de los miles de profesionales y otros que se desencantaron rápidamente, ya que la tarea no era épica ni atractiva, levantándose en cambio una corte de incondicionales de altas rentas y escasa idoneidad, tecnocracia muy costosa e innecesaria con nulo aporte a las políticas públicas.

La pugna por la precandidatura presidencial en la derecha es demostrativa del cero ánimo para colaborar en un proyecto común y el afán de los diferentes actores para buscar su camino propio. En un error político garrafal el Presidente radica en su gabinete a los aspirantes para sucederlo, adelantando así su propia ceremonia del adiós, pasando a ser preeminentes las tensiones en su gestión.

Tampoco se han resuelto los conflictos de interés.

El severo atraso en la reconstrucción, la proliferación de subsidios que son simples papeles.

El abuso del control televisivo, prensa escrita y radial, donde la autoridad satura con su presencia, generando no solo un cansancio sino que un categórico rechazo.

El tema de la educación es tal vez el más aleccionador, ya que solo se aumentaron levemente los recursos pero para el mismo esquema estructural ya fracasado.

Todo ello y mucho más se traducen en una administración del día a día, en el arbitraje de sus diferencias y en una sucesión de anuncios marcados por la improvisación, sin conducción política, meramente reactivo ante las demandas ciudadanas, sin perspectiva de largo plazo que ofrecerle al país, salvo que pasen los dos años y asuma un nuevo gobierno del mismo color político.

 

Erwin Wettlin M.

Dirección Comunal Partido Socialista

La Unión.

 

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