Por: Claudio Mansilla Alt, seremi de Gobierno
Ha comenzado un nuevo año, momento ideal para crear una imaginaria línea de tiempo que abre una oportunidad para comenzar de nuevo, dejando atrás todo lo negativo y apostar a generar las condiciones para abordar nuevos sueños, desafíos y proyectos.
Y así como para nosotros es una nueva posibilidad, también lo es para nuestra nación, un país que día a día se transforma, crece y moldea una sociedad vertiginosa y tan cambiante como evasiva.
Definitivamente Chile es hoy un país distinto, con códigos diversos que cotidianamente se expresan en las redes sociales, en la calle e inclusive, en el barrio.
Hoy más que nunca el ciudadano (a) y especialmente los jóvenes exigen su espacio y atropellan rápidamente lo establecido cuando no se sienten interpretados. El cúmulo de años que tradicionalmente ignoro y postergo esta expresión, ha sido el detonante para esta nueva revolución social que se ha identificado simplemente como “los indignados” recorriendo fronteras y continentes durante los últimos meses.
Qué es lo que debe hacer el establishment para calmar a ese monstruo que cuando no se siente escuchado se violenta y descarga toda su furia??!!! Simplemente instalar los espacios que permitan interactuar con franqueza y compartir la información que por años fue fuente de poder y de status, generando las confianzas que permita concordar objetivos comunes y sentidos por la ciudadanía y demostrar además que por fin comienza a estrecharse la vergonzosa línea de desigualdad económica y social con la cual se ha gobernado en las últimas 2 ó 3 décadas.
Para esto se requiere voluntad política, capacidad de diálogo y un desarrollado sentido de tolerancia; es lo que hoy el ciudadano(a) común exige y quien no tenga la capacidad de leerlo y adaptarse, téngalo por seguro será la siguiente víctima de este monstruo social que también ha llegado a Chile para instalarse definitivamente en la sociedad criolla.
