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Millares de piedras pómez flotan a orillas del lago Ranco

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En toda una sorpresa de la naturaleza se ha transformado la vista actual que tiene el Lago Ranco en la desembocadura del río Nilahue. La erupción del Cordón Caulle provocó que miles de pequeñas piedras pómez hoy estén flotando en la superficie del agua, generando un gran manto blanco que se extiende por cientos de metros cuadrados lago adentro.

Sin embargo el escenario no es único, ya que la imagen se repite en el Valle del Gol Gol -específicamente en el Lago Puyehue en la X Región-, y en los Lagos Maihue y Huishue, ambos en Los Ríos.

La situación llegó hasta este punto a través de un hecho bastante simple. El Cordón Caulle expulsó miles de piroclastos que llegaron hasta la zona lacustre a través del río Nilahue. Una vez allí y por el incipiente viento, las pómez se apilaron formando una gran sábana flotante de piedras blancas, haciendo desaparecer momentáneamente la orilla del lago y con eso la playa El Arenal.

Este sector se ubica a 20 kilómetros de Riñinahue y está emplazado en la zona de mayor riesgo volcánico por la erupción del Cordón Caulle; el Valle del Nilahue.

Disminución

Durante los 7 días de actividad volcánica, se ha podido apreciar una disminución en la cantidad de piedras en la playa El Arenal. En relación a este fenómeno, Mario Pino, geólogo y académico del Instituto de Geociencias de la Universidad Austral de Chile, Uach, sostuvo que si la cantidad de piedra pómez ha bajado en comparación a días anteriores, esto se debe principalmente a que este tipo de piroclasto absorve agua y se hunde en el fondo del afluente hídrico. Además, otro aspecto a considerar es que no se deshace fácilmente.

“Este tipo de piedras no se debiera deshacer, ya que en general se demora muchísimo en realizar este proceso. Los depósitos del año 1960, del mismo volcán están como si fueran recientes como de una semana”, señaló.

El doctor Pino subraya que la razón de esta aparente disminución, podría deberse al factor viento, ya que éste transporta este manto de piedras a otro lugar del lago. “Como este elemento tiene la particularidad de flotar, el viento las mueve fácilmente. Por otro lado, algunas de ellas se impregnarán de agua por medio de los poros y se hundirán. Sin embargo se desconoce a la velocidad en que lo harán”, comentó.

Al ser consultado por la posibilidad de que un fenómeno como este afecte a la pesca deportiva que se realiza en el sector, Pino señaló que “es poco probable ya que la cantidad de agua en el lago es muy grande”.

“No creo que sea un problema a nivel de todo el lago. Situación muy distinta a lo que sucede en los estanques de cultivo de alevines, ya que ese es un universo muy pequeño. En ese caso si llegan sustancias químicas producto de una erupción, en un estanque de ese porte se van a concentrar, por esa razón los peces han muerto en esas cantidades”, subrayó.

Si bien la situación genera preocupación entre quienes han visitado el lugar, Pino pone paños fríos, ya que relata que “las cenizas de pómez no tienen tantos elementos nocivos, ya que al contrario, son ricos en silicio, aluminio, sodio y potasio”.

 

Fuente:  www.soychile.cl

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