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El arte es un aliado para niños con discapacidad

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Psicopedagoga especialista en deficiencia mental y del aprendizaje, docente de la Universidad San Sebastián, Mariannet Meyer, destaca el aporte que la actividad creativa tiene en personas con discapacidad.

 

Trabajar el desarrollo creativo al interior de una sala de clases no es una tarea fácil cuando un grupo de niños no logra conectarse con la dinámica de la actividad, con el espacio y la concentración necesaria para echar volar la imaginación, sin embargo, tratándose de menores con necesidades educativas especiales, la tarea se vuelve impresionantemente más fácil.

 

“Si bien es cierto, trabajamos con niños con discapacidad intelectual que naturalmente tienen un intelecto disminuido en relación a la norma y por ello reciben educación especial, no necesariamente esa discapacidad afecta el pensamiento creativo y ahí está la apuesta, hemos encontrado niños tremendamente creativos y talentosos”, explica la psicopedagoga, especialista en deficiencia mental y del aprendizaje, Mariannet Meyer, docente de la Universidad San Sebastián en Osorno.

 

Para la profesional, vincular el arte con los niños que presentan alguna discapacidad resulta ser una alternativa favorable para poder hacer que ese menor transmita sus emociones, pensamientos y sentir frente a las cosas que lo rodean, fuera de fomentar su concentración y ayudar a un mejor desarrollo social.

 

“El hecho de desarrollar la creatividad en ellos que pasa necesariamente por la resolución de problemas, por tener un pensamiento propio y poder manifestar la percepción que ellos tienen de la realidad, lo hacen mucho mejor a través del arte, se expresan musical, corporal y plásticamente sin necesidad de tener esta “habilidad” que tenemos todos de la expresión oral y escrita”, indica Meyer.

 

Según su experiencia, el desarrollo de disciplinas artísticas es recomendable para todo quien presente alguna capacidad disminuida, tanto autistas, niños con asperger, con parálisis cerebral y diferentes síndromes asociados a la discapacidad intelectual.

 

La expectativa de ser tan realista y perfeccionista, -señala- inhibe y coarta toda la expresión plástica, por ello es que estos niños logran conectarse con la creación sin la barrera de lo que se espera o de lo que se considera bello en esta materia, según los patrones culturales que existen. “El arte tiene en sí mucho de disciplina y ella invita a concentrarse a desarrollar ámbitos de atención muchos más amplios que los que habitualmente se pueden hacer en una tarea, y lo otro es que la técnica que se utiliza favorece mucho el relajarse, el concentrarse, manejar y moldear masas, espatular, pin celar, pintar con los dedos, entonces invita mucho al desarrollo de la sensopercepción, no es solamente lo visual y la precisión del pulso”, argumentó la docente de la USS, quien asegura que el arte es una de las mejores técnicas para el desarrollo de los niños con discapacidad y que necesariamente debe terminar con una exposición que forme parte de este proceso.

 

“Es necesario que el resto de la comunidad lo revalorice, que la familia los felicite que el público reconozca la labor de estos niños y que esos se lo hagan saber”, indicó Meyer porque se mejora la autoimagen.

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