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Estadio Iansa: Historia de un recuerdo social y deportivo

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Allá por el año 1970, un grupo de Dirigentes deportivos visionarios iniciamos las negociaciones para adquirir los terrenos donde hoy está el “Ex Estadio Iansa”. Por esa fecha, el terreno sólo servía de recipiente de las aguas de la cuesta de La Virgen y de las crecidas del río Llollelhue. En su parte alta había un local comercial, que era la carnicería del sector, posteriormente se transformó en camarines.

 

En primera instancia se habilita una cancha de oriente a poniente, en el sector donde hoy existe la cancha de entrenamiento, que está de sur a norte, ya que posteriormente se adquieren los terrenos de la ladera norte, que llegan también hasta el río. Estos terrenos se adquirieron a nombre de los “Sindicatos Iansa, a una comunidad religiosa Católica, ya que el “Deportivo” no contaba con Personalidad Jurídica.

 

Se inicia la construcción de la cancha principal, con aportes igualitarios de la empresa y sus trabajadores. Para el relleno del sector inundable, hubo que trasladar desde el sector norte de la cancha principal, un gran cerro con el concurso de moto traídas arrendadas a una empresa osornina; luego la Municipalidad nos proporciona un grupo de trabajadores del Plan Empleo Mínimo, con el cual se construye el drenaje de la cancha principal, además del sistema de tubería que evacuaba el agua de la cuesta la virgen, hasta el drenaje principal que evacua al río en el sector sur ,por lado de pista atlética; luego se confeccionan las gradas en cerro lado oriente y cabecera sur ,el cerro por lado de la población Corvi, es confeccionado con el concurso de este personal, teniendo prohibición de la municipalidad de tapar la vista, por ello fue necesario hacer un cerco vivo interior.

 

Para la base del césped de la cancha principal, se trajo tierra de buena calidad desde el costado de la carretera cinco sur. Fue sembrada con mezcla especial para el estadio, su inauguración se hizo con el equipo profesional de la U. de Chile, que hacia su pre-temporada en la zona.

 

Con el cierre de la Planta Iansa por allá en los años ‘80, gran parte de los creadores de este proyecto fueron trasladados a otros centros de la empresa.

 

Transcurridos treinta años, han nacido dos canchas de tenis, camarines, cancha de bicicrós arborización, cierre por lado del río y regadío, más iluminación.

 

Después de esta pequeña reseña histórica, no puedo entender que un pequeño grupo de personas pudo haberse adjudicado la propiedad de un bien que perteneció a toda la familia Iansina. Espero que los nuevos dueños, que en algunos momentos fueron rivales dentro de la cancha, puedan cumplir con los sueños que tuvieron sus visionarios dirigentes.

 

“Las obras quedan para la ciudad, las personas pasan”.

 

 

Waldemar Mundaca Molina

 

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