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Hanta virus: contagio interhumano

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Investigación de la Facultad de Medicina de esa casa de estudios demostró que el virus se alberga en glándulas salivales de las personas.

Estudio de la U. Austral apoya tesis de contagio del Hanta entre humanos.

El hecho constituye un avance para luego demostrar empíricamente el traspaso del virus por vía salival. El contagio interhumano se comprobó científicamente a raíz de un caso ocurrido en Argentina.

 

Los cientificos analizaron estudios nivel de pulmón y glándulas salivales en pacientes fallecidos, encontrando concentraciones del virus.

 

Hasta el momento sólo había evidencia científica de un caso en Argentina para afirmar que el Hanta puede ser transmitido de persona a persona, pero se desconocía a través de qué vía se había producido. Por eso lo que descubrió un grupo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile (Uach) se convierte en un enorme avance en la investigación del peligroso virus.

 

El tecnólogo médico Luis Zaror encabeza un grupo de profesionales que investiga la enfermedad hace casi seis años. Hace pocas semanas descubrieron un hecho clave: el virus está presente en las glándulas salivales de quienes se infectan. Para Zaror, el hecho cobra especial importancia, ya que permite estrechar la brecha que podría comprobar la hipótesis de que el virus se puede transmitir a través de la saliva.

 

«Conseguimos glándulas de pacientes fallecidos, lo que nos permite hoy claramente visualizar antígenos virales en las glándulas salivales. Eso nos permite establecer con mucha certeza que la transmisión interhumana es posible», dice el experto.

 

La médico microbióloga del grupo científico, Maritza Navarrete, es más cauta y dice que lo que se ve en una necropsia «es una foto», con la cual se pueden hacer interpretaciones, pero aún no de manera categórica. «El hecho de que encuentres el virus en las glándulas salivales no significa que sepas cuánto es la carga, cuánto es el contacto directo. Aún no podemos decir que a través de la saliva se transmite el Hanta», afirma.

 

Lo que el equipo busca saber con exactitud es cuáles son las vías a través de las cuales se puede transmitir el virus y, dentro de eso, «abarcamos estudios a nivel de pulmón y glándulas salivales y lo que hemos descubierto es que el virus está a nivel del epitelio respiratorio pulmonar y en las glándulas salivales en bajas concentraciones. Esto es lo que no se conocía», explica Navarrete.

 

El descubrimiento se realizó gracias a la utilización de una técnica que se usa para efectuar diferentes diagnósticos, como el Alzheimer, el cáncer y otras enfermedades. Se trata de buscar la presencia de partículas virales en los tejidos, lo que se logra a través de la aplicación de un anticuerpo que reacciona con el virus.

 

Larga investigación

 

El estudio comenzó en 2000 y, según Navarrete, ha sido complicado avanzar, ya que no es fácil aplicar la técnica, «porque cuando el paciente fallece por Hanta no siempre se le efectúa necropsia, porque tiene confirmación por medio de otras técnicas».

 

Otro de los puntos conflictivos que menciona la doctora es que «cuando trabajamos en esto debemos estudiar la presencia del virus con diferentes tipos de anticuerpos para confirmarlo. Luego, ver la distribución a nivel de las células, o sea, buscar anticuerpos que marquen tus células». Además, las pruebas siempre deben ser con personas fallecidas, ya que no se les pueden quitar tejidos de las glándulas a personas infectadas vivas.

 

El laboratorio que actualmente utilizan estos científicos se instaló como una necesidad de diagnósticar si hay o no Hanta en el paciente, «pero colateral y subsidiariamente comenzamos estas otras dos líneas de trabajo: mejorar las técnicas de diagnóstico y saber qué pone en juego el virus para agredir al hombre», señala Zaror.

 

Otras de las líneas de trabajo del equipo científico es el diagnóstico de la enfermedad. Partieron con la técnica habitual que demora entre seis y ocho horas. Luego Navarrete desarrolló un método que acortó el tiempo a dos horas y ahora estudian una técnica que no tardaría más de cinco minutos.

 

Anteriormente -y junto a la doctora argentina Paula Padula- el equipo logró comprobar el contagio del Hanta entre roedores, descubrimiento que está patentado: la presencia del virus en las glándulas salivales de los ratones.

 

 

El caso comprobado en Argentina

 

El caso que llevó a la comunidad científica a aceptar que hay contagio interhumano fue el de una mujer argentina que en 1997 se contagió en Bariloche, pero que luego de viajar a Buenos Aires contagió a otras 16 personas que no estuvieron expuestas a fecas de ratones. Incluso, la doctora que atendió a la paciente murió de Hanta.

 

Según cuenta Zaror, el virus que tenía el paciente de Bariloche era el mismo de la doctora y las otras 16 personas contagiadas. «Los estudios posteriores demostraron que la secuencia genética del virus presente en todas las personas infectadas era la misma», dice.

 

El caso fue visto por la viróloga argentina Paula Padula, quien comprobó que la sepa Andes del virus (presente en Argentina y Chile) se contagia entre personas.

 

 

Plan de aves rapaces para controlar ratones

 

Desde el año 2003 la Universidad Austral (Uach) lidera un proyecto para el control del ratón colilargo (transmisor del Hantavirus) a través de la acción de aves rapaces en las zonas rurales de la IX Región que ha mostrado favorables resultados.

 

El sistema consiste en la implementación de casas nidos instaladas en los árboles, las que atraen naturalmente pájaros como el concón, la lechuza, el cernícalo y el chuncho consumidores de estos roeedores. En total son 148 casas ubicadas en diversos predios de ocho comunas: Licán Ray, Villarrica, Curarrehue, Melipeuco, Curacautín, Lincún, Pitrufquén y Gorbea. Según el doctor Roberto Murúa, director del proyecto y académico del Instituto de Ecología y Evolución de la Uach, el sistema ha logrado disminuir los casos de Hantavirus en la zona. «La IX, es la única región en la cual las cifras han disminuido. Existen sólo cuatro casos confirmados, versus 10 y 20 en las regiones VIII y X, respectivamente».

 

El proyecto tiene un costo total de $ 169.000.000 y no sólo contempla el trabajo con las aves, sino también la exposición de charlas educativas en escuelas rurales dictadas por el Servicio Agrícola y Ganadero (Sag) de la región. El director de la entidad, Alberto Hofermeyer, señaló que «con la instalación de las casas nido en los campos estamos aumentando el hábitat de estas aves que consumen al ratón transmisor del virus».

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Universidad de Chile/intramed.net

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