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Buenos recuerdos en la Fe

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Un especial recuerdo de la Iglesia diocesana que lo dio a luz en su ministerio episcopal, hizo el Monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de la Arquidiócesis de Santiago.

«Puedo decir que he querido con todo el corazón la Iglesia que el Señor me confió en los primeros años de mi ministerio…

la Diócesis de Valdivia ha quedado para siempre en mi vida de pastor. Todos los días oro por ella…».

En el día de san Juan Bosco, fundador de la familia Salesiana, la Iglesia de Valdivia animada por su Obispo Mons. Ignacio Ducasse, agradece la guía pastoral de Mons. Ricardo, su cuarto Obispo, y en él a toda la familia Salesiana que ha servido y sirve en nuestra Diócesis.

De la Diócesis de Valdivia, de sus comunidades y de su gente, conservo un vivo y agradecido recuerdo. Entre ellos: el afecto y la cercanía de las personas; el compromiso de las y de los consagrados; los primeros diáconos permanentes; los desafíos de implementar una pastoral orgánica; las necesidades estructurales de la Diócesis y la búsqueda de respuesta a los muchos problemas reales de los pobres.

Me ha, y sigue asombrándome, la delicadeza de la Providencia Divina que nos ha permitido culminar los trabajos de la Catedral, la parroquia de los Santos Juan y Pedro, la Comunidad de la Santísima Trinidad, la Comunidad San Juan Bosco, el Centro Integral Familia Niño, la casa de formación San Lorenzo, el Santuario Nuestra Señora del Lago, la reestructuración del Liceo San Conrado y decenas de capillas esparcidas en el territorio de la Diócesis. Recuerdo, con especial cariño, las pequeñas comunidades de Futrono, La Unión, Río Bueno, Paillaco, Lago Ranco y tantas otras.

Puedo decir que he querido con todo el corazón la Iglesia que el Señor me confió en los primeros años de mi ministerio. Fueron sólo cinco años. Unos días después de mi ordenación episcopal, que tuvo lugar un inolvidable 8 de septiembre de 1996, en el Coliseo de la ciudad, visité la Catedral en construcción. El jefe de obra, indicándome el mausoleo de los obispos, me dijo en tono de broma: » Monseñor, aquí lo vamos a sepultar. «No sé dónde esperarán la resurrección mis restos mortales, pero sí sé que la Diócesis de Valdivia ha quedado para siempre en mi vida de pastor. Todos los días oro por ella».

Monseñor Ricardo Ezzati

Arzobispo de Santiago

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