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Los vaivenes del 2010 para Chile y nuestra América Latina ¿habrán dejado algún mensaje?

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Este año que nos va dejando, para algunos por fin… el que ha sido plagado de sorpresas y una muy alta carga noticiosa, donde sobresalen elecciones presidenciales, desastres naturales, conflictos entre países, etc. Unos entran, como Piñera en Chile y Santos en Colombia y otros salen, como Lula y Uribe en Brasil y Colombia respectivamente. En fin, se marca el histórico reconocimiento de los Castro, de que su Revolución ya no da para más.

Más al norte en el Golfo de México, ocurre la explosión petrolera que se estima tendrá un daño irreparable para el medio ambiente, así como también que las responsabilidades se van a ir diluyendo del mismo modo como pasa el tiempo, porque evidentemente existen muchos intereses creados, ya que el petróleo como commodity, constituye uno de los motores más poderosos de la economía mundial.

Por otro lado, el rescate de los mineros de la Mina San José en Chile nos demostró una fortaleza espléndida de 33 personas, que soportaron grandes cargas de presión en condiciones mínimas, dejando a la reflexión, que el trabajo en equipo es fundamental para vivir y sobrevivir, cosa que a algunos les cuesta mucho comprender y aplicar en su cotidianeidad,; lo que nos lleva a pensar literalmente, que mientras más enterrados estemos, más sentimos la necesidad humana de unirnos en pos de un objetivo en común, pero resulta que muy pocas veces en tiempos de paz, se hace lo que ocurre en tiempos de guerra.

Vemos que los movimientos telúricos en el mundo y principalmente en nuestro continente, fueron una constante, la prueba está lamentablemente marcada por los terremotos sucesivos de Haití, Chile y México, que conjuntamente ayudan a evidenciar las brechas de vulnerabilidad social entre estos países subdesarrollados todos, pero con diferentes niveles de reacción frente a éstos fenómenos naturales de acuerdo a factores sociales, políticos y económicos que, sin duda, influyen directamente en la forma de accionar operaciones de contingencia. La lección que queda, se relaciona con lo importante que es fomentar y canalizar la cooperación internacional, en ayuda directa a quienes se encuentran en dificultades. También se puede mencionar, entre otros fenómenos naturales, las torrenciales lluvias y tormentas que afectaron a toda la cuenca del Caribe.

En el plano de nuestras economías, todavía quedan los coletazos que dejó la crisis subprime, que azotó a todo el mercado financiero a fines del 2008, donde los gobiernos de los países poderosos reaccionaron casi automáticamente, inyectando una cantidad de dinero impresionante, el cual -según algunos economistas de renombre como Manfred Max-Neef- estiman que habría servido para alimentar unos cien años a todo África. Sin embargo, frente al hambre que afecta a un porcentaje importante de la humanidad, es impensable esperar que reaccionen las potencias mundiales, puesto que nadie se hace cargo de éste karma, que se ha demostrado que seguirá existiendo mientras exista esta tendencia al poder, por sobre todas las cosas.

Es indudable que otro de los problemas que persiste en éstos tiempos y derivado de la crisis económica, son los agregados que funcionan dentro de una economía, tales como el precio del dólar, que tiene a las Pymes de nuestra América Latina y específicamente en nuestro país, deambulando con un grado de incertidumbre tremendo, el cual presenta una desventaja competitiva frente a las economías poderosas en desmedro de las emergentes, como es la chilena; por lo tanto, es urgente que nuestros gobiernos generen mecanismos de incentivo que ayuden a darle un nuevo impulso a las Pymes, que son las que mueven en gran medida la economía de nuestro países en vías de desarrollo.

En la otra cara de la moneda, nos favorece el precio del petróleo, del cobre y la soya. Por ello debemos tomar conciencia de que somos afortunados de contar todavía con recursos naturales, que en definitiva ayudan a generar un alza sostenida del PIB en la mayoría de los países de la región. Pero ciertamente, no es lo único que nos debiera preocupar, porque para alcanzar un desarrollo integral, necesitamos incluir otros factores que inciden directamente en la calidad de vida de las personas en que podemos mencionar; entre otros, el cuidado del medioambiente y el ejercicio de los derechos fundamentales de los seres humanos, que hoy en día está demostrando que una de las formas más inmediatas de ejecutarlos, es mediante la aplicación de políticas públicas que puedan incluir la participación de todos los actores relevantes que intervienen en una localidad en particular o territorio.

Otro acontecimiento importante de mencionar esta dado en las alzas de las bolsas, que inevitablemente hacen a nuestros países más ricos, pero eso como todos sabemos, no garantiza el bienestar, puesto que mientras más ricos somos, más desigualdad hay y esto es una constante en América Latina. Prueba de lo débil que todavía somos respecto a la estabilidad de nuestros países, es el vivo ejemplo del intento de golpe en Ecuador. Los conflictos eternos entre los gobiernos y los medios de comunicación, el abuso de poder de algunos países. Lo que deja en evidencia que nuestras instituciones democráticas todavía son muy vulnerables.

Qué duda cabe que las nuevas tecnologías cada día van alimentando las formas de comunicar, generando redes sociales, que este año junto con posicionarse, como es el caso de Twitter o Facebook. Otras dieron que hablar, demostrando cuán peligrosas pueden ser en el manejo de información. El caso reciente de Wikileaks, donde nuestro país también ha sido aludido por la desclasificación de archivos que se suponían confidenciales.

El incendio de la Cárcel de San Miguel constituye un broche de oro que nadie quisiera que se repita, pero como vemos una vez más, se dejan ver los vacíos tanto legales como culturales que existen en nuestra sociedad. El análisis de éste lamentable caso, sirve como ejemplo de que en nuestros países subdesarrollados las políticas públicas son generalmente reactivas, hay una tarea difícil por delante, esperemos que más que el Gobierno, el Estado se haga cargo de esto, para generar soluciones permanentes o por lo menos más estables y que no duren solamente lo que dura un mandato.

Esperemos que el 2011 sea un año lleno de sorpresas positivas, reactivando fuerzas políticas, sociales, económicas y culturales para demostrar que de todo lo malo puede salir un aprendizaje, donde debemos aprender a actuar en consecuencia y responsabilidad, frente a un planeta que está sufriendo todas las enfermedades que le hemos causado nosotros, los seres humanos.

Guido Asencio Gallardo

Integrante ArteCrea La Unión

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