Marcelo Vega Reyes
Seremi de Gobierno
A días de haber celebrado 21 años del triunfo del No en el plebiscito de octubre de 1988, es importante observar cómo el rostro de nuestro país ha cambiado de manera notable, con avances innegables en las más diversas áreas. Los gobiernos de la Concertación hemos llevado adelante políticas públicas que son admiradas por naciones extranjeras y organismos internacionales y que nos ubican como el país con mayor desarrollo humano en la región, según el reciente informe Naciones Unidas.
El Chile de hoy es muy diferente al Chile de fines de los ochenta. Hoy, los chilenos y chilenas tenemos más y mejores oportunidades. Contamos con una red de protección social que garantiza derechos sociales y entrega las condiciones para un desarrollo más equitativo. Esta red es fruto de una visión de país que ha contado con el respaldo mayoritario de la ciudadanía y cuya concreción en programas y políticas públicas nos han llevado a ser ejemplo para el continente.
La tarea realizada ha sido titánica. Somos el país que más ha reducido la pobreza en las últimas décadas, pasando del 40% a poco más del 13%. Hemos desarrollado programas exitosos en materia de vivienda, que permiten que el 70 por ciento de las familias chilenas sean propietarias de sus casas. Se ha modernizado la infraestructura carretera, portuaria y aeroportuaria. Tenemos un programa que garantiza la atención y la cobertura financiera de los principales problemas de salud. Hemos abierto las puertas de la educación superior a familias que nunca habían llegado a esta instancia. Garantizamos el derecho a la pensión e institucionalizamos los programas de apoyo a la primera infancia.
Estos logros y avances son una muestra de los profundos cambios que hemos efectuado en Chile. Pero sabemos que aún queda mucho por hacer. Surgen nuevos desafíos frente a los cuales la ciudadanía requiere propuestas y respuestas. En vistas de lo realizado, la Concertación ofrece las condiciones para enfrentar este nuevo escenario, con garantía de gobernabilidad, justicia social, igualdad de oportunidades, respeto y reconocimiento por la diversidad, protección de los derechos laborales y la convicción de que sólo un Estado fuerte es capaz de asegurar a cada chileno y cada chilena una vida mejor.
