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La Felsinea un sueño que partió en Santiago pero que nació en Panguipulli

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Foto 2 - Felsinea

27 febrero 2018.- Catalina y Felipe soñaban una vida en la tranquilidad del sur. Fue así como con harto empuje y pasión por la cocina, le dieron vida a una pastelería que en un poco más de un año, tiene clientes tan fieles, que prefieren llegar antes que abran, para asegurar la compra del día.  

Kuchenes, tortas, pan con masa madre y uno de los preferidos del público, el mazapán de nuez. Esto es parte de los productos que ofrece “La Felsinea” a sus clientes, que han encontrado aquí, una oferta distinta a lo que habitualmente se ve en Panguipulli. Este matrimonio, que lleva un poco más de 2 años casados, decidió dejar cada uno sus trabajos en Santiago y comenzar así a trabajar por un sueño en común: volver a darle vida a “La Felsinea”, un antiguo local italiano que pertenecía al abuelo de Felipe y que funcionó por mucho tiempo en el centro de la Capital.

El primer paso

Felipe es chef profesional y Catalina es educadora de párvulos. Ambos sabían que antes de partir con este emprendimiento, necesitaban nutrirse de otras experiencias y sabores, para que no se les escape ningún detalle al momento de partir con la pastelería. Fue así como decidieron viajar un año al extranjero, donde trabajaron en una pastelería en Austria y esta experiencia fue clave para aprender del funcionamiento de este tipo de locales. “Cuando volvimos de Europa, teníamos todo muy claro. Estuvimos una semana en Santiago y nos vinimos de inmediato a Panguipulli para empezar cuanto antes a armar nuestro nuevo proyecto de vida”, comenta Catalina Fernández.

Apenas llegan al sur, comienzan a buscar la forma de encontrar financiamiento para esta idea de negocio. Fue así como decidieron postular al Capital Semilla Emprende de Fomento Los Ríos, para así materializar el sueño que les venía dando vueltas en la cabeza por mucho tiempo. “Nosotros estamos muy agradecidos de este instrumento de Sercotec, porque la verdad sin esta ayuda no podríamos estar sentados donde estamos”, cuenta Felipe González, desde la terraza de su pastelería.

Y es precisamente la terraza, algunas máquinas de trabajo y la contratación de una persona en el local, lo que pudieron hacer gracias al proyecto que ganaron a través del Capital Semilla Emprende. Además, gracias a esto se pudieron formalizar y abrir así las puertas de su local al público.

El éxito inmediato

“La Felsinea” comenzó a funcionar formalmente el 6 de enero del 2017 y en poco tiempo las ventas se multiplicaron. “Ese verano fue de locos. Si bien no hicimos mucho marketing, pero el boca a boca para nosotros fue fundamental. Fue así como comenzó a llegar gente que le recomendaban nuestros productos y durante todo el verano estuvimos siempre llenos”, recuerda Catalina.

Ambos tenían mucha incertidumbre de qué podría ocurrir de marzo en adelante. Enero y febrero en Panguipulli es muy distinto a los otros meses del año, pero según cuenta Catalina y Felipe, poco a poco fidelizaron a la gente que vive en la ciudad y gracias a eso no sintieron una baja tan grande en las ventas.

El sueño a futuro

Catalina y Felipe piensan en grande. Es así como ya están viendo como una posibilidad muy real, exportar sus productos. “Nosotros además de dedicarnos a la pastelería, hacemos lasaña y quiches, que congelamos y vendemos en ese formato. Esto nos ha permitido enviar nuestros productos a Santiago y así encontrar la forma de romper con la estacionalidad de esta ciudad. Por lo mismo, ya estamos buscando la forma de poder exportar estos productos y aumentar así nuestros canales de comercialización”, comenta Felipe.

“La Felsinea” está viviendo su etapa de consolidación. El local, que también era la casa de este matrimonio, creció tanto que tuvieron que arrendar otra casa para vivir. “La verdad es que encontrarse con estos casos de éxito, es gratificante y da cuenta que los instrumentos de fomento son clave para materializar los sueños de los emprendedores”, comenta Marina Riquelme, directora de Sercotec Los Ríos.

Hoy, debido a la gran demanda de la temporada, hay dos personas más trabajando en el local. Los muchachos dicen que no han parado de trabajar desde diciembre a la fecha, pero lo cuentan con una sonrisa en la cara que refleja la satisfacción que sienten. “La Felsinea” durante el verano no cierra ningún día y para todos lo que quieran visitarla se ubica en la calle Gabriela Mistral 1185 y atiende en horario continuado desde las 10.30 a las 20.30 horas.

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