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Eres un profesional desempleado: Siembra, en un acto de fe…

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Por Hardy Cárdenas, Coordinador General de ONG  Ayúdame a Ayudar, La Unión.

En nuestra comuna de La Unión, como en todo Chile, hay una gran cantidad de profesionales que están cesantes, sobre todo jóvenes que recién han terminado su carrera profesional. Un nuevo ciclo ha comenzado para ellos que es encontrar trabajo en lo que estudiaron, para lo cual deben asistir a agotadoras entrevistas y entregar gran cantidad de Currículum Vitae en reparticiones públicas y empresas privadas y, como dicen algunos por ahí, “caminas más que Kung fu”. La gran mayoría se queda esperando en casa el llamado, otros trabajan en alguna otra cosa para la cual no estudiaron.

Hay un camino que pocos hacen, y que muy pocas universidades y centro de formación técnicas les presentan a lo largo de su carrera, que es el servicio en el ámbito social, ayudando a los más necesitados.

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Digo esto porque a diario la gente que vive en situación de calle o en abandono me expresa necesidades que sólo pueden atender profesionales, ya que, aunque tenemos muchos voluntarios y mucha voluntad, no tenemos la formación que se requiere en algunas áreas específicas. Asimismo, me he encontrado con muchos profesionales recién egresados que están en sus casas y, como decía el Chino Ríos, “no están ni ahí”, ya que su prioridad es encontrar un trabajo remunerado en un mercado local más que saturado, y mientras esperan la llamada que quizá nunca llegará, solo comen, duermen y chatean en redes sociales sin hacer nada. A varios de ellos le he planteado el tema de que hagan algo por los necesitados, pero lo primero que preguntan es “cuánto pagan”, indolentes ante el dolor de una sociedad que se debate en extremos de opulencia, por un lado, y necesidades por el otro, mostrando a través de sus respuestas el egoísmo característico que justica como “más graves” los problemas propios, que la miseria de terceros. Asimismo, se desmarcan de compromisos utilizando la consabida frase “que lo haga otro, o que lo haga el gobierno”.

Quizá el problema no esté en las casas de estudios superiores, sino en la familia y la falta de formación de valores en el núcleo familiar, ya que hoy es dejado en manos del Estado, para que a través de los colegios y jardines forme en los hijos en principios que no puede, por cuanto el ente jurídico no tiene valores, sino que son las personas quienes poseen conciencia, moral, virtudes y toda la gama de valores que permiten tener lo que hoy se conoce como “conciencia social”. La sociedad de consumo, impide que la familia tenga tiempo para hablar de estos temas, “mejor pregúntale a tu profe”, pareciera ser la frase que más se repite.

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Por otro lado, vemos a través de organización como Ayúdame a Ayudar, quedan en evidencia en La Unión la gran falta de compromiso social hacia las personas que viven problemas muy graves, como el abandono, adultos mayores postrados y personas en situación de calle, y no hay personas, menos aún profesionales, dispuestos a ayudar como voluntarios en esta obra.

Creo que se debe aprovechar como una oportunidad la posibilidad de entregar a la sociedad personas y profesionales comprometidos y con vocación de servicio hacia los demás. Pero también es el desafío a los profesionales que están en sus casas de salir a sembrar una semilla de amor para después cosechar, ya que a través del trabajo voluntario en lo social se adquiere experiencia necesaria para enfrentar el mundo laboral.  Ahí comienza un proceso que de seguro te llevará por el camino de tu buen corazón, que contagiará a otros y permitirá ayudar a construir una sociedad más preocupada de los indefensos y de quienes sufren los resultados de una sociedad y un sistema económico que solamente se ha preocupado de “las luces” que se ven a simple vista como carreteras, puentes etc., pero que no nos sirven si dejan una estela de personas sufriendo por el flagelo de un desarrollo no equilibrado.

Creo que se hace imperante cambiar la mirada de esperar que las cosas pasen, ya que es mejor ir por lo que te motiva desde tu corazón y, al mismo tiempo, mostrar lo que en él encierras, “porque de la abundancia del corazón habla la boca”, y de lo que emana de tu boca están condicionadas tus acciones. Todo ello producirá un desarrollo profesional más real e integral con tu sociedad y quizá re descubrirás tu gran pasión, ya que estamos claro que, una cosa es lo que te enseñan en un aula y mis distinto lo que se vive a diario, porque muchos quieren solamente ver desde la mezquindad y de la comodidad su propia realidad e ignoran el dolor de la sociedad que les rodea.

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Antes que profesional hay que ser persona, y de seguro quizá puedas sembrar entre dolor y lágrimas, un camino más difícil, pero que –al final- tiene más abundante fruto en la cosecha de la vida, y a la larga trae más regocijo y felicidad. Que algún día alguien reconozca que a través de un gesto o pequeña acción cambiaste su vida y la de su familia, será mejor paga que el salario de un trabajo remunerado, algo que solo se logra ver cuando pasan los años y aparecen las primeras canas.

Quiero en esta línea agradecer a esos voluntarios y cooperadores de esta organización social que nos apoyan en ir en ayuda de las personas vulnerables (padres, madres, abuelos, nietos e hijos), de los que comenzaron y que aún siguen convencidos que este es el camino de un desarrollo justo y de los que se han sumado en el último tiempo, lo que ha permitido no solo dar comida todos los días de la semana, sino también vestirlos, bañarlos y escuchar sus historias de vida que nos enriqueces el espíritu, llevándonos a ser voluntarios agradecidos de la vida. Para todo ellos mis respectos y agradecimiento eterno porque esta abra siga creciendo.

¿Cuántas veces soñaste con cambiar el mundo? ¡Cuántas veces dijiste eso mismo! Bueno, como dice un amigo: “para cambiar el mundo, primero debes cambiar un continente; para cambiar un continente debes cambiar una nación; para cambiar una nación debes cambiar una ciudad; para cambiar una ciudad, debes cambiar un barrio; para cambiar un barrio debes cambiar tu familia; para cambiar a tu familia, debes cambiar tú”.

Un llamado a integrarte a las filas de Ayúdame Ayudar, La Unión, una organización que busca como voluntarios psicólogos, asistentes sociales, terapeutas ocupacionales, enfermeros, kinesiólogos y otras tantas áreas de acción en las que se necesita una mano de ayuda.  Comparte entre tus amigos este llamado que te hace la vida para servir a los demás.

Tus amigos de ONG  Ayúdame a Ayudar, La Unión.

 

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