25 octubre 2016—. En medio de una dura controversia por su real aporte a la descentralización, la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara Baja comenzará a ver durante los próximos días, el proyecto de reforma constitucional para la elección popular de intendente regional, en su segundo trámite constitucional, informó el diputado e integrante de dicha comisión, Bernardo Berger (RN).
La iniciativa pese a que fue aprobada en el Senado, ha generado un alto rechazo en el movimiento regionalista donde es considerada un “engaño” y un “retroceso”, pues mientras delega en el voto popular la nominación del intendente, las atribuciones y competencias de éste quedarán en manos no del intendente electo, sino de una segunda autoridad, designada ésta por el Ejecutivo, para ejercerlas.
Pese a ello, fue aprobada en el Senado por 25 votos a favor, dos en contra y nueve abstenciones, en medio de la polémica por la falta de atribuciones y competencias que tendría la nueva figura que se pasará a llamar Gobernador Regional, lo que iría en el sentido diametralmente contrario de las demandas de descentralización.
“Como dije hace algunos días, éste es un proyecto que, así como está, democratiza pero no descentraliza. Es realmente un gastadero inútil tener un intendente elegido, pero que no va servir para nada en porque estará desvestido de capacidad de decisión, y respecto del cual además se le va a poner una autoridad paralela, dependiente directamente de la administración del Estado, con todas herramientas, instrumentos y transferencias de competencias que uno suponía, serían para el electo y no para el designado.
A juicio de Berger “si este gobierno quiere avanzar de verdad y no seguir tomándole el pelo a los que vivimos en las regiones, lo que debe hacer es, modificar mediante una indicación sustitutiva, para transferir las competencias al intendente electo, al menos las mismas que tiene actualmente un intendente designado”.
De paso, Berger desestimó una eventual ley delegatoria como el camino para empoderar al intendente electo si es que el proyecto resulta aprobado por el Congreso tal como está al día de hoy, “pues nada garantiza que el Ejecutivo efectivamente vaya a presentarla salvo su palabra empeñada, y todo Chile es testigo del listado larguísimo de promesas sin cumplir o con letra chica que se acumulan estos cuatro años en La Moneda”.
En el inicio de su tramitación en la Cámara Baja la semana pasada, la Comisión de Constitución aprobó en general el proyecto.
