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¿Cuándo querrá Dios del cielo?

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Por Belarmino Monsalve P.

Ojala algún día los pobres de este país podamos mejorar nuestros ingresos. Los que pertenecemos a la clase trabajadora no tenemos capacidad de ahorro y pasamos toda nuestra vida pagando deudas (agua, luz, fono, cable, internet, comida), y es una historia de nunca acabar durante todos los meses.

Románticamente se nos dice que “Nacimos para ser felices”, pero en definitiva ¿Cuándo será que llegará nuestra felicidad?

Nuestro país creció por más de dos década a un promedio del 7%, y nuestra clase nunca vio una mejora sustantiva y la bonanza, y el esperado “desarrollo”, solo llegó para “los de arriba”. Se nos decía que se estaba ahorrando para los años de vacas flacas.

En la actualidad estamos pasando una desaceleración económica (o sea, el país no crece), se nos dice que debemos ser responsables en el gasto, que existe un recorte presupuestario, especialmente en el gasto público, que la cesantía aumentará, pero como “aspirina”, el Gobierno comunica que tenemos un seguro de cesantía, que cubre los primeros cuatro (4) meses de ésta situación.

Ahora bien, la pregunta que cabe de cajón es: ¿Qué paso con el ahorro de los años de bonanza?, ¿Porque no se utiliza ahora?

Cuando querrá Dios del cielo que estemos a la par con los del servicio público (especialmente con las F.F.A.A., y de Orden Público). Cuando podremos tener un buen sueldo, trato digno y jubilaciones millonarias.

Quizás pocos recuerden, o los más jóvenes no saben, que cuando se derrocó el Gobierno del Presidente Allende se mostró su casa, y se dijo que no era el compañero que se decía, más bien era un burgués que bebía pisco, whisky, y tomaba nescafé.

Ahora todos sabemos los escándalos  de los presidentes, senadores, diputados, alcaldes y concejales y que se están presentando nuevamente sin el más mínimo pudor.

¿Existe descontento, rabia, Seguiremos votando por los mismos?

 

 

 

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