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Profesora denuncia maltrato de sostenedores de colegio unionino

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Foto: Archivo

Señor Director

21 diciembre 2015. Aquí le envío una carta que deseo que publiquen en el diario, es un poco larga, pero pido por favor que la publiquen completa, ya que es muy importante para mi.

Soy profesora y redacto la siguiente carta con el fin de que la comunidad escolar, tanto unionina como nacional, tome conciencia de la realidad que a los profesores nos toca vivir día a día y de paso, para que abra las puertas a otros miembros de la comunidad escolar a dar a conocer sus testimonios.

Comencé a trabajar en el año 2011 y puedo decir que desde mi primera experiencia laboral me vi profundamente decepcionada del abuso de poder que ejercen los empleadores por sobre los trabajadores, en aquella oportunidad me tocó desarrollar funciones en una escuela rural multigrado de muy bajos recursos en donde los alumnos no asistían a clases y por lo mismo la directora de este establecimiento en varias oportunidades me pidió que alterara la asistencia de la mañana poniendo presentes a alumnos que se encontraban ausentes, para de esta manera, recibir subvención correspondiente. Me vi en la sorpresa de que en tres oportunidades mis liquidaciones de sueldo no estaban hechas por las ocho horas semanales que yo desempeñaba allí, si no que estaban hechas por seis y cuatro horas semanales. En cuanto consulté el porqué de aquella diferencia monetaria en mi pago, se me dijo que legalmente a los profesores se nos pagaba por alumno que asiste y por lo mismo, se nos baja el sueldo de manera automática. Con el paso del tiempo, supe que eso era mentira y que me habían engañado, pero como yo no era mas que una estudiante de último año de universidad con permiso legal para ejercer, no pude hacer justicia.

Sin embargo, la causa principal por la que redacto esta carta es para dar a conocer mi testimonio vivido durante mis años de desempeño en el Colegio Garden College de La Unión, en donde yo era una profesora titulada. Comencé a trabajar en este establecimiento desde el año 2012 y hasta el año 2015 con contratos anuales en donde debíamos firmar un finiquito a finales de cada año y posteriormente firmar un nuevo contrato. Durante el mes de septiembre de 2014 supe que estaba embarazada y desde aquel momento los empleadores del establecimiento me hicieron la vida imposible; me discriminaron tratándome de inmoral por no estar casada con mi pareja y también manifestaron que por sus creencias religiosas (adventista) no podían trabajar con madres solteras y debían despedirme.

Frente a aquellas acusaciones, acudí a inspección del trabajo a presentar una denuncia por discriminación. Desde el comienzo de mi embarazo sufrí momentos infernales de malos tratos y abuso de poder; llegada la salida de vacaciones de verano se me obligó a permanecer tiempo extra a diferencia de mis demás colegas y esto sin razones algunas. Cumplí horario alrededor de dos semanas extras incluso teniendo mis planificaciones listas desde mucho antes de la salida de vacaciones, pero eso no les importó a los empleadores y menos el hecho de encontrarme con 5 meses de embarazo.

Un mes antes antes de finalizar mi contrato (28-02-15) se me envió una carta de aviso de no renovación de éste; ya en la inspección del trabajo se les dio a los empleadores dos opciones: desistirse del despido o pagar una multa, a lo que ellos escogieron la primera opción, donde yo podría regresar a trabajar en marzo y de esta manera tener acceso a mi pre y post natal.

Sin embargo, durante el mes de febrero recibí una orden judicial para desafuero sin razones descritas del porqué me desaforaban, si no que lo hacían solo porque si. Pasé gran parte de mis vacaciones buscando abogado y redactando una contra demanda a mi favor para poder obtener los beneficios que la ley indica para mujeres embarazadas; pre y post natal mas fuero maternal. Durante el mes de marzo y ya trabajando en el establecimiento, me ofrecieron un avenimiento en donde me remunerarían el valor de tres sueldos mas vacaciones legales a cambio de que yo les firmara el finiquito y retirara toda denuncia en su contra en la inspección del trabajo. A esas alturas yo ya me encontraba cansadísima física y mentalmente y con una panza enorme por lo cual acepté el ofrecimiento, para de esta forma terminar lo mas pronto posible con todo aquel sufrimiento y dedicarme a tiempo completo al resto de mi embarazo.

Finalmente trabajé hasta mi pre natal y terminando mi post natal, firmé el finiquito. También no puedo dejar de mencionar que los empleadores del Colegio Garden College (también empleadores del Colegio Cristiano) son muy famosos por su abuso de poder, tanto con sus profesores como con sus alumnos quienes se han visto perjudicados en diversas oportunidades, pero eso no me corresponde a mi describirlo. Espero que esta situación que me tocó vivir, llegue a conocimiento de las autoridades para que éstos lleven a cabo una mayor fiscalización en establecimientos que no están cumpliendo con los derechos de las profesoras de Chile que les ha tocado vivir un desafuero, que no son pocas y muchas han sido despedidas incluso sin ningún beneficio alguno o incluso otras han llegado incluso a perder a sus bebés debido al estrés sufrido por malos tratos.

Para finalizar, dejo esta carta también a los apoderados del Colegio Garden College para que tengan conocimiento de las razones por las cuales no volví a trabajar finalizado mi post natal y también para agradecerles por su apoyo y por la bendición de haberme permitido ser parte de la educación de sus hijos, quienes robaron mi corazón con su cariño y constante preocupación por mi bebé.

Muchas gracias.

María Ignacia Wulf

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