A través de la red social Facebook se contacto, María Esain, Argentina y autora de literatura infantil , quien denuncia que algunos establecimientos educacionales como el colegio Alemán de La Unión y otros omiten el nombre de sus trabajos. A continuación publicamos la denuncia.
La Literatura Infantil es la Cenicienta de las artes. Quienes las cultivamos, ratones transformados en lacayos, acompañamos su viaje en la carroza de la divulgación, con entusiasmo y alegría… Algunas veces, las doce campanadas de la realidad, al recordarnos la hora de volver a nuestro refugio de palabras y fantasía, nos permiten hacerlo con placer. Muchos niños disfrutan de nuestras historias. En demasiadas oportunidades, todo se hace amargo: nuestros textos pasan a manos de adultos que omiten nuestro nombre como autores. Pasa por olvido muchas veces. Pataleamos y se corrige. Y en muchas ocasiones más, hay premeditación y alevosía. ¡Es tan fácil apropiarse de la creatividad ajena! La mezquindad humana se muestra, oscura y viscosa cual una alimaña de ésas que asustan en las noches de insomnio infantil… El reclamo no es tenido en cuenta. Borran la información, buscan excusas, se hacen los sordos…Litigar en moneda dura es casi inalcanzable en mi caso. Personajes llenos de pergaminos, proclamando altos niveles docentes y/o profunda fe católica caen en tal desliz. Una universidad de Ecuador, el colegio alemán Phillippi de La Unión, escuelas religiosas también de Chile y de otros países lo han hecho. ¡El ministerio de Educación de Panamá! Acumulo pruebas-por las dudas- y me sorprendo con los insultos y amenazas que desde la soberbia recibo ante mis protestas…
