Señor Director:
La semana pasada se conmemoró el Día del Dirigente Vecinal, y me hubiera gustado mucho que esta celebración haya sido en grande, festejando la concreción de una iniciativa que reconozca y fortalezca la labor de los dirigentes vecinales. Sin embargo, esta idea aún está a la espera de que la Presidencia de la República la transforme en un proyecto de ley.
La labor de los dirigentes vecinales es un gran aporte a nuestra sociedad, pues desarrollan un trabajo de coordinación a través de juntas de vecinos, organizaciones territoriales y comunitarias que -en definitiva- benefician a todo el país. Por ello, creo justo compensar este buen trabajo, muchas veces silencioso, entregando beneficios a las y los dirigentes sociales del país con más de 10 años de servicio, los que contarían con un seguro de accidentabilidad y la posibilidad de recuperación de los gastos económicos derivados del ejercicio de la actividad comunitaria.
El Estado tiene una deuda con los dirigentes, y por tanto, el país debe crear un instrumento que ampare el ejercicio de este voluntariado, que además sirva para promover las actividades de servicio en el país.
Bernardo Berger Fett
Diputado de la República
Distrito 53
