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Debilidad del modelo democratico

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30 jul de 2015. Por David Martínez Vergara, Profesor de Historia, Geografía y Ed. Cívica

Hoy se hace cada vez más evidente que se vive una crisis de representación democrática. La paradoja consiste en que, de una parte, la institucionalidad del sistema democrático sigue funcionando, pero desde la otra la condición de ciudadano y de cohesión e identidad social se debilita.

Cada día más, la indiferencia social, especialmente de los más jóvenes, hacia la política, se profundiza haciendo que las instituciones de gobierno y los partidos políticos sean las organizaciones que más desconfianza generan en los jóvenes .

Se suma, a lo anterior, diversos estudios que muestran que Chile presenta altos índices de inequidad social acompañados de un descrédito generalizado de los poderes del Estado, que evidentemente repercute en el conjunto de la estructura social y política de gobierno y la institucionalidad política social representada por los partidos políticos .

Existe , en concreto, bajo este modelo de democracia ,una falta de cohesión social , síntoma que, permite evidentemente situar parte de la complejidad del problema. A partir de lo anterior, la formación ciudadana enfrenta en la actualidad múltiples desafíos, que van desde la necesidad de identificar las razones que hay detrás del debilitamiento del compromiso ciudadano de las generaciones más jóvenes con el sistema democrático, pasando por reconocer el contexto que en apariencia cumple con los requisitos de un sistema democrático de hecho y de derecho, y finalizando con la capacidad de poder entregar lineamientos para el desarrollo de una política de formación ciudadana transversal que favorezca el desarrollo de la cohesión social.

Estudios de la UNESCO señalan que la falta de cohesión y confianza social dicen relación con una verdadera erosión de las instituciones de protección social, lo que ha significado una profunda transformación cultural en la sociedad, hoy más centrada en el individuo y en su autonomía y en la libertad individual como garantes de éxito. El entramado social se ha vuelto más frágil y el concepto de comunidad se ha resquebrajado.

Lo anterior , nos da claras señales de que no se está logrando formar a los ciudadanos que el sistema democrático necesita y esto se explica debido a que el retorno a la democracia en Chile no cumplió con las expectativas que había generado.La transición a la democracia fue una transición pactada, no una transición rupturista; una transición a puertas cerradas, entre cúpulas políticas, y en la que el movimiento social, tan importante en la resistencia y oposición a la dictadura, no tuvo cabida. La política se ha vuelto un asunto de cúpulas de poder, transformando la democracia en una “oligarquía liberal”, un sistema en que el poder se vuelve un asunto privado, una democracia burocrática, manejada por una minoría política que llega al poder por vía electoral, pero sin dar un mayor espacio de participación al ciudadano común y corriente, debilitando con ello nuestro modelo de democracia.

 

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