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Cáncer: ¿una muerte innecesaria?

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Breast-Cancer

06 junio 2015. Por Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl

Mientras usted lee las primeras líneas de este escrito, en distintas consultas de nuestro planeta se habrá entregado el diagnóstico: ¡Usted tiene cáncer!, al menos 15 veces. Al respecto de esta enfermedad, las estadísticas son, simplemente, abrumadoras, por cuanto, durante todo el transcurso del año 2015 a nada menos que 17 millones de personas les ha sido (o les será) comunicado este fatídico diagnóstico. Un diagnóstico que, culturalmente, se asocia directamente con la muerte del sujeto afectado. Un diagnóstico que paralogiza a las personas emocional y psicológicamente, y que equivale al acto de recibir un mazazo directo a la cabeza.

Muchas personas se enferman –y fallecen de cáncer– en función de una o varias de las siguientes circunstancias: a) la carga o constitución genética de las personas (que se transmite de padres a hijos), b) las condiciones ambientales en las cuales debe vivir la persona (en el norte de Chile tenemos verdaderas cloacas químicas pro cancerígenas), c) el azar y la mala fortuna (o la casualidad).

De acuerdo con la información que entrega la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 70% de los enfermos oncológicos que residen en países en vías de desarrollo están destinados a morirse, lo cual representa una verdadera vergüenza en términos sanitarios y una verdadera muestra de incompetencia administrativa a nivel de gobierno. Y dando respuesta al título de este escrito, yo quiero destacar –y afirmar de manera enfática– que muchas de estas muertes ¡son muertes innecesarias!

La gente se está enfermando –y muriendo de cáncer– por desconocimiento, por no disponer de información adecuada y veraz, porque no existen suficientes programas preventivos de salud en el país, porque la gente no dispone de los recursos económicos para recibir una atención de salud como corresponde (y que se merece), porque no existen todos los centros de atención clínica y hospitalaria que los enfermos necesitan, porque no existe una política de estado que sea coherente con la “salud” que se le promete a la ciudadanía cada vez que hay elecciones políticas. Asimismo, la gente se muere por ignorancia, e incluso por desidia y descuido. ¿Por qué razón destaco esto último?

Muy simple. De acuerdo con la OMS, alrededor de un 30% de las muertes por cáncer se deben a cinco factores de riesgo de tipo conductuales y dietéticos que son perfectamente educables y evitables, a saber: 1. Tener un Índice de Masa Corporal elevado: el sobrepeso y la obesidad afecta en Chile a siete de cada diez personas mayores de 15 años y a cuatro de cada diez niños (Chile es el quinto país con más obesidad en el mundo). 2. Un nivel de ingesta reducida de frutas, verduras y legumbres. 3. Falta de actividad física: el 70% de la población chilena reconoce no hacer ningún tipo de actividad física, en tanto que el 75% está tratando de bajar de peso en función de haber practicado un sedentarismo a ultranza. 4. Consumo de tabaco: este hábito representa la principal causa prevenible de enfermedad, discapacidad y muerte en el mundo actual y, según la OMS, Chile da cuenta del mayor consumo de tabaco en el continente. 5. Consumo de alcohol: de acuerdo con los datos de la OMS, Chile, una vez más, es el país de América Latina con el mayor nivel de consumo de alcohol con 9,6 litros per cápita, por sobre Argentina que consume 9,3 litros, donde nuestras mujeres se llevan las palmas con ¡5,5 litros! de consumo de alcohol por sobre Paraguay y Argentina, con 5,2 litros. (El consumo de solo una pequeña cantidad de alcohol aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de boca, mama e hígado). Todo lo anterior, representa una triste –y mortal– realidad.

¿Se entiende ahora, por qué razón el autor de este artículo ha señalado que en Chile demasiada gente se muere de manera absolutamente innecesaria?

 

 

 

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