1 abr de 2015.
Por Rodolfo Arriagada Villanueva, Profesor de Educ. Básica, Magister© en Gestión Escolar
Cada 2 de abril la ONU conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, y digo conmemora y no celebra, porque en realidad, no hay mucho que celebrar…
En Chile, las personas autistas están condenadas de por vida. Y no porque vivan con este Trastorno (no enfermedad), sino porque la sociedad los ha hecho invisibles, por el desconocimiento que su condición genera y/o porque socialmente están estigmatizados.
Es crudo ver y sentir como a diario se cierran las opciones de acceder a una simple vacante en un establecimiento publico, o como el alto costo de las terapias de adaptación social, impide que familias de medianos y bajos ingresos tengan acceso a este tipo de tratamientos y como si esto fuera poco, los organismos estatales poco aportan o mejor dicho obstaculizan lo que debiese ser un derecho garantizado en la constitución política de nuestro país.
La declaración Universal de los derechos niños dice en si artículo uno: ”Todos los niños nacen libres e iguales en derechos y oportunidades…” Faltó agregar, “Los niños autistas también…”
De nada sirven los convenios internacionales y tratados firmados por nuestro país, cuando estos no se traducen en políticas de estado eficientes que faciliten la no vulneración de los derechos esenciales inherentes a todo ser humano.
De nada sirve que un alcalde entregue un PADEM, hablando de Inclusión o integración, cuando en las escuelas los docentes dicen “Llévelo a otro lugar, no estamos preparados para atenderlo…” esquivando así la responsabilidad que como establecimiento educacional le corresponde.
Es penoso ver como países vecinos, poseen una legislación acorde a las necesidades de las personas con autismo, Argentina, Perú, Brasil y el caso más reciente Mexico, han incorporado políticas efectivas de atención y tratamiento para permitir que las personas que conviven con esta condición tengan acceso a una mejor calidad de vida y nosotros los Jaguares de latinoamérica, aun no hemos ni siquiera propuesto un proyecto de acuerdo.
Por suerte el movimiento está floreciendo, la rebeldía contra las injusticias del sistema pareciera despertar. Y nace de nosotros los padres de los niños, quienes nos desvelamos, lloramos, sufrimos y reímos con nuestros niños. Somos nosotros los que hemos creado una propuesta llamada “ley de Autismo” y que se espera tenga una pronta y favorable tramitación. La frase “nunca más solos” debe sentirse más que nunca. Dicho todo esto… Feliz 2 de Abril… Nada que celebrar, pero demasiado porqué luchar…
