19 Mayo 2014.
Alfredo Almonacid
Administrador y Coordinador Reserva Costera Valdiviana
Luego de una nueva conmemoración del 1 de mayo en que se recuerda la triste tragedia con la que finalizó una inédita huelga de trabajadores en EEUU para tener una jornada laboral de 8 horas y en la que fueron ejecutados varios de ellos por la policía de Chicago, quisiera resaltar la labor abnegada y muchas veces anónima de los trabajadores de la áreas silvestres protegidas del país, la que muchas veces es poco valorada, no por los visitantes de las área con quienes tienen contacto de manera directa, sino más bien por el Estado. Los Guardaparques de nuestras áreas protegidas, tanto públicas como privadas, no tienen un reconocimiento legal, ni tampoco se les reconoce como una profesión, como si se hace en muchos países como Argentina. Tenemos una gran deuda como sociedad con nuestras áreas protegidas y principalmente con el personal que las gestiona.
Las múltiples labores que deben cumplirse para la adecuada gestión de un área protegida, requiere de un personal altamente calificado en diversas disciplinas y temas. Sólo como ejemplo quiero mencionar primeros auxilios y técnicas de rescate, control de incendios (primer ataque), monitoreo biológico y social, resolución de conflictos, cartografía, manejo de equipos, herramientas y maquinarias, desarrollo rural, manejo de fauna y reconocimiento de especies, idiomas y educación ambiental, entre muchos otros.
Junto con lo anterior, también es necesario que las funciones que cumple el personal de Guardaparques tenga un reconocimiento legal de forma que las actividades de fiscalización realizadas en las áreas tengan un efecto preventivo y disuasorio primero; y en el caso más extremo sancionatorio, con el fin de proteger efectivamente los valores de conservación de nuestras áreas protegidas.
Debemos aprovechar la gran oportunidad que nos brinda la actual discusión de la Ley de Biodiversidad y Áreas Protegidas para recoger en ella estas necesidades y requerimientos para avanzar hacia la creación y establecimiento de un Sistema Nacional y Regional de Áreas Protegidas, que reconozca adecuadamente las áreas privadas por un lado y por otro, se establezca una formula que permita la profesionalización de los Guardaparques en Chile.
