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Niño@s oncológicos de La Unión y Osorno celebraron al Conejo de Pascua

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20 Abril 2014.

La agrupación “Luz, Uniendo Voluntad Contra el Cáncer” La Unión, organizó esta actividad e invito a los niñ@s de Osorno

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Un total de 15 pequeños disfrutaron de juegos, bailes y la voluntad  de algunas personas para que esta fiesta sea posible  para los niñ@s y sus padres que llegaron acompañarlos. La actividad se realizó este viernes en el sede Radimadi de la comuna de La Unión.

Para sus organizadores, esta actividad fue la primera de muchas que vendrán y que irán en ayuda de las familias de los niñ@s oncológicos de la comuna de La Unión, Río Bueno o cuando alguna organización de esta red nacional necesite  ayuda para algún niño o familia.

Su presidenta, Edith Quezada señaló que «siento mucha  alegría  por todas las personas que nos apoyaron, al igual que las empresas que colaboraron para hacer esta once y celebrar esta tradicional fiesta del concejo de Pascua . Ver a los niños felices es una de las sensaciones más alegres que puede tener el ser humano y hoy, creo que logramos esa pequeña magia», dijo.

Para la fundadora de estas organizaciones en todo Chile, Luz Navarrete,  manifestó que  «este tipo de actividades ayudan no solamente a  darle un día de alegría a nuestros niños, sino también para que esta nueva organización, aquí en La Unión, se unan más entre ellos y los de Osorno que tienen un tiempo más como organización y entregar su experiencia.»

La Leyenda del Concejo de Pascua

Cuenta la leyenda que hace muchos, muchos, muuuuchos años atrás, había un conejito muy asustado, escondido en el sepulcro donde dejaron a Jesucristo.

El conejito observaba el cuerpo de Jesús dentro del sepulcro. Se preguntaba quién sería ese señor y por qué tantas personas lloraban por él. Escuchaba a lo lejos que se trataba del hijo de Dios.

A los dos días, el conejito se despertó asombrado al ver como Jesús se levantaba. Su asombro fue más grande aún al ver que un Angelito retiraba la gran piedra que tapaba la entrada del sepulcro. Entonces pudo darse cuenta que ese Señor realmente se trataba del hijo de Dios.

El conejito se puso tan contento que quiso salir corriendo y saltando para contarle la buena nueva a todo el mundo, pero tenía un gran problema: no sabía hablar. Sin embargo, este conejito saltarín era muy inteligente, por lo que rápidamente se le ocurrió una solución: pintando un huevito de colores la gente entendería el motivo de su alegría.

Desde entonces, cada Domingo de Pascua, un conejito deja huevos de chocolate pintados de colores a todos los niños y así le recuerda al mundo entero que Jesús resucitó y debemos vivir alegres por ello.

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