17 septiembre 2013.
Señor director:
Luego de conocer los resultados del estudio Agresión, Prevención y Acoso Escolar que contestaron en la prueba SIMCE los estudiantes de 4º básico y II medio el año pasado, pudimos conocer que el fenómeno del bullying es , a nivel nacional y local, completamente transversal, ya que se da en todos los establecimientos municipales, subvencionados y particulares, casi en iguales proporciones.
En nuestra región la realidad es muy similar a lo que acontece en el país. El 4% de los estudiantes se sienten víctimas de acoso escolar e indican ser molestados por su personalidad; por alguna característica física; forma de vestir o apariencia, entre otros aspectos. Mientras, que respecto a la agresión escolar un 12%, ( muy por debajo del panorama nacional) de los establecimientos que participaron en esta encuesta, percibe en gran medida conductas agresivas recurrentes, es decir, que todos los días o varias veces a la semana, reciben por parte de sus pares insultos, garabatos, burlas y descalificaciones; son testigos de peleas entre estudiantes, rumores mal intencionados, robos, amenazas o agresiones con armas blancas o de fuego, entre otro tipo de conductas.
Como Ministerio de Educación nos hemos preocupado en tomar una serie de medidas en los últimos años que nos permitan enfrentar de mejor manera el maltrato escolar o bullying. En 2011 el Gobierno promulgó la Ley sobre Violencia Escolar, que busca regular y resolver la problemática del maltrato escolar dentro de los establecimientos, estableciendo responsabilidades claras para los colegios en esta materia que incluye el nombrar un Encargado de Convivencia Escolar; crear un Comité o Consejo de Buena Convivencia; y contar con un manual o reglamento interno que aborde la prevención del bullying, establezca protocolos de actuación y medidas disciplinarias específicas en caso de ocurrencia.
De esta forma, la ley establece multas para los colegios que no se hagan cargo de esta problemáticas, las cuales son cursadas por la Superintendencia de Educación Escolar. Y el año pasado lanzamos el plan Escuela Segura, que busca fortalecer en todos los colegios y jardines infantiles de Chile medidas para prevenir y proteger a los estudiantes y párvulos de todo tipo de riesgos, entre ellos el bullying; las agresiones sexuales; el ciberbullying y el grooming.
Como una buena señal podemos decir que hay factores de prevención que están siendo cada vez más visibles. Prueba de ello es el dato también arrojado por esta encuesta que indica que los jóvenes sienten que el bullying se está abordando al interior de sus comunidades escolares. El 74% señala que en su colegio ya se han implementado normas de convivencia escolar y el 72% informa que sí sabe cómo denunciar el bullying y cómo actuar cuando este ocurra.
Es así como el llamado que hacemos es a que si los padres pesquisan alguna señal de que su hijo o hija está siendo víctima de violencia escolar, denuncien
inmediatamente al colegio. Si ahí no encuentran respuesta deben hacer la denuncia ante la Superintendencia de Educación Escolar a través de la página www.supereduc.cl.
No queremos que agresión y el acoso escolar imparten negativamente en el proceso de aprendizaje y rendimiento de los estudiantes. El Simce, por ejemplo, muestra diferencias de hasta 9 puntos en la prueba de matemática a favor de los alumnos que sufren menos acoso escolar. En ese sentido, el mensaje es claro hacia las familias: la educación se potencia favorablemente cuando éstas y la escuela trabajan juntas. La familia, como medio de desarrollo y la escuela como institución social encargada específicamente de educar, deben cooperar en favor siempre de nuestros niños y jóvenes. De esta forma, necesitamos que estas dos esferas compartan roles de manera mancomunada, y como Ministerio de Educación estamos enfocando nuestros esfuerzos para propiciar que esta relación se genere para favorecer no sólo aprendizajes exitosos, sino también una formación con valores bajo un ambiente cordial.
Carlos Crot. Seremi de Educación
