07 septiembre 2013. Señor director:
La polémica desatada hace algunas semanas por la instalación de estructuras movibles de cemento y fierro, en diversos espacios públicos de Valdivia, promoviendo el nombre de una candidata tuvo, en las últimas horas, una de sus previsibles consecuencias.
El municipio, involucrado por el tema de vacío o elusión de los permisos, procedió a infraccionar ayer a un grupo de jóvenes militantes de RN y de la candidatura a senador de Fernando Schultz, que ofrecían café en la vía pública.. ¿La imputación?: infringir las disposiciones sobre propaganda electoral.
Con ello suspendió la actividad y mezcló, de un solo puntapié, publicidad y propaganda en circunstancias que si alguna connotación política tenía el hecho era que el nombre del candidato aparecía impreso en las parkas de los jóvenes junto al logo:» gana local». Es decir, una publicidad accidental, en el marco de lo que se entiende como publicidad clásica. En ningún caso propaganda. Y, menos aún, propaganda electoral, ya que lo que se promovía era un abstracto: el valor local.
Considero por lo tanto, que se malinterpretó la norma y se confundió la propaganda electoral y el permiso municipal. Por añadidura, en mi concepto, el municipio aplicó un criterio raso que afectó, por igual, a quienes instalaron las estructuras que a quienes vendían café de manera accidental.
La discriminación estuvo en que las estructuras, prototipos de publicidad dominante, permanecieron inamovibles por más de quince días, mientras que los termos de cafés, ejemplos de publicidad accidental, tuvieron que ser ocultados. Todos conocemos el cronograma electoral.
La propaganda de este tipo, en todas sus facetas permisibles ,creativas, rutinarias y agotantes debe hacerse con 30 días de anterioridad a este tipo de eventos republicanos. El episodio de los termos y el café, simplemente, no cabe en la conceptualización de la norma sobre propaganda electoral.
Eduardo Hunter, Concejal.
Presidente Regional de Renovación Nacional.
