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Edificio «Alto Unión» genera polémica en la capital provincial

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06 septiembre 2013. El Mall “Paseo Chiloé” es un centro comercial en construcción ubicado en el sector central de la ciudad de Castro, Chiloé. El proyecto se propone construir una superficie de 54.943 m², convirtiéndolo en el segundo de los centros comerciales más grandes del sur de Chile.

La constructora Pasmar es la misma empresa que construyó el “Mall Paseo del Mar” y “Mall Costanera en Puerto Montt”. La inversión del proyecto es de US$ 27 millones.

Hay controversia por su construcción y repercusiones en la vida de los habitantes de Castro, en particular con el tamaño que alcanzará en relación con el autorizado inicialmente y con el de la iglesia San Francisco de esa ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El municipio de Castro realizó una consulta ciudadana en que el apoyo a la existencia de un centro comercial obtuvo más del 90% de los votos.

El “Paseo Puerto Varas” es otro mall sureño que se instala con polémica. El proyecto es de la misma empresa Pasmar, que levanta el mega centro comercial de Castro. El alcalde de Puerto Varas, sin embargo, asegura que éste “no se verá desde el lago y no va a destacar por sobre los otros edificios”.

Según informaron en Pasmar, el mall de Puerto Varas se compone de 35 tiendas distribuidas en 2 pisos y un primer subterráneo, además de un patio de comidas, un supermercado Bigger, 149 estacionamientos (en dos niveles subterráneos) y una multitienda ancla. Todo construido en 23.228 m².

¿En La Unión está pasando algo similar a lo que ocurre en Castro y Puerto Varas? El año 2012 comenzó la construcción del edificio “Alto Unión”, a cargo de la Inmobiliaria La Unión Ltda., ubicado en calle Letelier esquina Serrano, que tendrá 4 pisos y albergará oficinas, un centro comercial y departamentos. El edificio tenía fecha de entrega tentativa para agosto del presente año, la que al parecer se ha aplazado.

Hemos recibido innumerables reclamos de personas que no están de acuerdo con el diseño de dicho edificio, a cargo del arquitecto Roberto Martínez K., construcción que a la gran mayoría le parece similar a una cárcel. Otras personas están de acuerdo con que se construya, pero bajo los parámetros arquitectónicos que tiene hoy el centro de la ciudad. Dos arquitectos de nuestra ciudad y un ex administrador municipal, entregaron su opinión a Diario El Ranco respecto a la obra que se emplazará en pleno centro de la capital provincial.

Diseño es bastante rígido y sus proporciones poco amigables con su entorno

Hrvoj Zlatar, arquitecto y asesor urbanista de la Municipalidad de La Unión señala: “la Municipalidad no interviene en los diseños que presentan las inmobiliarias o los arquitectos, en este caso. Más bien, hace una aprobación normativa, no estética. Por lo tanto lo que se ve en la municipalidad es que cumpla con la normativa y todas las condicionantes urbanísticas que establece el plan regulador, no el diseño. Esto es un resorte de la inmobiliaria y el arquitecto proyectista.

-Como arquitecto, en forma personal, ¿qué impresión tiene del diseño de este edificio?

-En arquitectura cuesta mucho hablar de bonito o feo, bueno o malo, más bien se hace un análisis técnico espacial de los volúmenes y, en lo personal, yo creo que quizás el tratamiento de fachada es bastante rígido, con este ritmo de ventanas todas iguales. Quizás faltó un poco de proporción, de poder haber sido más amigable con la escala donde está insertado. Quizás es una crítica que se le pudiera hacer al edificio.

-¿Podría decirse que atenta contra el patrimonio arquitectónico de la comuna?

-Es una buena pregunta…Yo creo que no atenta contra el patrimonio. Yo creo más bien… lo ideal es que todos los edificios que aparezcan en la ciudad puedan de alguna manera ser un aporte y embellecer, más que ser un cero aporte -o negativo- y generar un poco de mala expectación en la comunidad. Creo que eso es malo. La arquitectura debería responder no solo a parámetros normativos sino también estéticos, o ser el reflejo de una época y una serie de condicionantes que son intrínsecos de la arquitectura.

Es hora de discutir como unioninos lo que queremos

Otro arquitecto unionino, Mauricio Vásquez, es más tajante en su apreciación de la mencionada construcción:

-Este edificio no fue muy generoso en la propuesta arquitectónica en términos de diseño, pensando en el lugar donde se ubicó y en la comuna, que tiene una cierta característica de elementos arquitectónicos de una tradición fuerte y que viene de los orígenes, sobre todo de los colonos alemanes, mezclado con arquitectura tradicional local del sur de Chile, donde también se ha ido generando una arquitectura colonial y moderna.

El nuevo Club Alemán en su momento tuvo que ser demolido por razones económicas y se creó un nuevo edificio, pero que respondió de alguna manera a algo tradicional que se estaba haciendo en la comuna. Estamos claros que no es un 7 en términos de propuesta, porque se podría haber hecho mejor, pero de todas manera trató de respetar un poco el carácter que tiene la ciudad.

Este edificio nuevo que se está construyendo, desconozco cuáles son las variables y las intenciones que hay por el demandante y el colega arquitecto. De todas manera tiene cosas positivas, en el sentido que se instala en una esquina que por años estuvo abandonada y que también se está potenciando un área que es comercial y que antes no había, además de darle una plusvalía interesante al área y a la comuna.

Quizás no fue la mejor manera de posicionarse pero, de todas formas, pienso yo que es el punto inicial para comenzar nosotros como comunidad a discutir qué tipo de edificios queremos o qué nivel de arquitectura. En ciudades como La Serena o Valparaíso, antes de presentar un proyecto a la Municipalidad éste es evaluado aparte por la dirección de obras, por una comisión que determina si tiene algunos elementos característicos de la comuna o de la zona que le permitan ser viable, indistinto a que la apuesta sea clásica, muy conservadora o una propuesta de vanguardia, se exige que tenga elementos que la hagan integradora, sin producir un rechazo en la comunidad o afectar el patrimonio arquitectónico que tenga su ciudad. Esto también tiene sus ventajas y sus desventajas, ya que tampoco es bueno pretender coartar la libertad de gusto que tengan tanto los demandantes o la comunidad. Puede ser un arma de doble filo, ya que puede ser muy bueno el proyecto y puede potenciar un área, entonces ser muy restrictivo en términos de la línea arquitectónica que se exige, no da la posibilidad de crecimiento y desarrollo de nuevas arquitecturas que perfectamente pudieran integrar en el tiempo y viceversa. Nos perderíamos la oportunidad, en el fondo, de desarrollarnos también en nuevas tecnologías y arquitecturas.

Plan regulador debe actualizarse y ser más riguroso

Luis Aguilera, quien fuera administrador municipal durante un largo periodo, considera que debiera modificarse el Plan Regulador y hacerse más exigente para las nuevas construcciones que se realizan en la ciudad:

-He escuchado diversas opiniones sobre nuestra condición de capital provincial de esta hermosa Provincia del Ranco y muchas de ellas son coincidentes en afirmar que esta privilegiada condición de capital provincial, no ha significado un cambio sustantivo en nuestro inventario de nuevos servicios e infraestructura pública.

En desarrollo urbano si bien es cierto se han ido incorporando y consolidando nuevos sectores poblacionales, que satisfacen la sentida necesidad de nuevas viviendas, ello no ha sido armónico con una mirada de desarrollo urbanístico a mediano y largo plazo. Aún se siguen construyendo poblaciones con infraestructura vial básica (pasajes) sin tener presente en la planificación la alta demanda de calzadas regulares y vías estructurantes para dar satisfacción a la alta demanda de tráfico vehicular.

Es urgente revisar el Plan Regulador de La Unión para que este instrumento se convierta en el timón de un desarrollo urbano y arquitectónico, un Plan Regulador que actualice las actividades permitidas en las distintas zonas, para que ofrezca oportunidades de inversión y emprendimientos diversos. Es importante establecer rigurosidad en estilos y fachadas, concordantes con nuestra historia patrimonial y arquitectónica, pero con una mirada futura en estética y funcionalidad, para que definitivamente nos pongamos a la altura de nuestra condición de capital provincial.

Es preocupante ver cómo frente a nuestra Plaza Concordia, se han otorgado permisos para edificaciones precarias y provisorias, cuando la normativa en esa zonificación debe ser estricta.

Es preocupante asimismo la interpretación arquitectónica y estética de las normas legales, que permitieron la construcción del nuevo edificio frente al Club Alemán y que, a juicio de muchos unioninos, es un edificio que no aporta nada al inventario arquitectónico y patrimonial de nuestra ciudad y más aún, no presenta ningún rasgo armónico con el entorno donde se emplaza, teniendo como referente al edificio Colun y al Club Alemán.

Sin ser experto en planificación y desarrollo urbano, el sentido común me dice que si no existen las normas para exigir fachadas y estilos arquitectónicos que sean aportes estéticos a nuestra ciudad, es imperioso crear o generar la ordenanza respectiva. Porque -en estricto rigor- dicho edificio, al margen de la funcionalidad que pueda ofrecer, su fachada, a juicio de muchos unioninos, se asemeja a una construcción industrial y más aún, presenta rasgos de construcción penitenciaria, por las rejas y diminutas ventanas que parecen indicar una limitada luminosidad natural en su interior.

Es hora de pensar a La Unión en un horizonte de muchos años, pero con instrumentos de planificación urbana y territorial, acordes a nuestra realidad, a nuestras fortalezas y a una mirada futura que incorpore la demanda social, cultural, económica y de servicios, pero que igualmente genere incentivos para la inversión privada. Tenemos todo para transformarnos en un polo de desarrollo provincial y regional, pero tenemos que empezar ya y en ese sentido al margen de la responsabilidad que le compete al Concejo Municipal, es oportuno socializar los grandes temas, para que los aportes ciudadanos diversos y transversales puedan tener cabida en esta estrategia de desarrollo integral, concluye Aguilera.

 

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