Escrito por Henry Azurmendi. Intendente Región de los Ríos
01 agosto 2013. Mi libertad termina cuando comienza la tuya. Esta frase, tantas veces dicha a lo largo de nuestra historia, solemos escucharla en boca de muchos líderes o dirigentes, pero pocas veces nos detenemos a entender y valorar su real y conmovedor significado. Con una mezcla de tristeza, rabia e impotencia, hemos visto como algunos grupos, felizmente muy reducidos, de forma gradual y sostenida, han ocupado las diversas y legítimas reivindicaciones sociales para literalmente, destruir todo a su paso. Con una cotidianidad que espanta, los diversos medios de comunicación dan muestra del actuar de grupos de encapuchados en actos públicos, intervenciones que muchas veces terminan con el sueño de miles de comerciantes, que ven como el trabajo de años queda reducido a escombros. Esta semana ingresó a la Cámara de Diputados, la discusión sobre el Proyecto de Ley que Fortalece el Resguardo del Orden Público, más conocida como la “Ley Antiencapuchados”, iniciativa que pretende endurecer las sanciones a quienes cometan delitos durante manifestaciones, especialmente si lo hacen a rostro cubierto. Esta ley, incomprendida y atacada en sus inicios, hoy renace como una alternativa real y prudente para proteger lo más sagrado que tenemos como personas, la libertad, misma que como Gobierno debemos garantizar y cuidar, y ustedes como ciudadanos deben respetar y preservar.
