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La imaginación como una herramienta poderosa

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La imaginación constituye un pilar fundamental para la construcción del conocimiento, pues a lo largo de la historia se ha demostrado, que toda creación parte del pensamiento figurado de una o más personas que se van modelando en base a su o sus experiencias llegando a concretar una o más formas de reflejar realidades, bajo parámetros que pueden o no seguir un patrón de accionar, los cuales confluyen en verdades subjetivas derivadas una de otra manera para aproximar su interpretación.

Se pueden encontrar muchas definiciones de imaginación en la web o cualquier enciclopedia, que principalmente la relacionan con términos vinculados a la creación, la prevención y la recreación de hechos del pasado para ver futuros posibles, donde se puede inferir el gran poder que tiene la imaginación para la historia de la construcción de la sociedad. Independientemente del valor que se le da a lo tangible, es posible darle un espacio importante a las interpretaciones metafísicas (relacionado con explicar todo lo que va más allá de lo físico y tangible) que buscan situar al hombre en todas sus dimensiones posibles, donde lo inmaterial recobra sentido en todo su esplendor buscando el valor que representa para nuestro quehacer cotidiano.

Vemos como desde temprana edad nos enseñan a coartar la posibilidad de imaginar, cuando nos dicen frases como “eso es solamente leyenda y no ocurre en la realidad“ o “la realidad es solamente lo que ves”. Esto ocurre principalmente en la cultura occidental donde se privilegia la lógica por sobre todas las cosas, donde se banaliza la existencia de leyendas y mitos, argumentando que representan la configuración de ficción y que no pasa a ser algo importante para el desarrollo de la sociedad.

Cuando escuchamos a los niños decir que tienen amigos imaginarios les tratamos de decir que eso es sólo parte de su imaginación, valga la redundancia, pero lo más sorprendente es que tratamos de decírselo en voz susurrante para que ojalá no los escuchen otras personas, mostrándoles con esta actitud lo vergonzoso que puede resultar el tan solo hecho de imaginar, pues esto refleja una ventana a la ignorancia, en tanto, se configura otra forma de coartar la posibilidad de ir más allá de lo preestablecido.

En nuestros tiempos podemos identificar muchos distractores de la imaginación, que tratan de restringir la capacidad creadora del ser pensante, los cuales se encuentran encarnados, entre otros, en algunos de los medios de comunicación masivos, que muchas veces más que informar desinforman y entregan contenidos etéreos que buscan encasillar estereotipos sin sentido alguno, atrayendo mentes ingenuas con estímulos creados para no ver más de lo mostrado de forma artificial.

En tanto, surge la necesidad de recuperar la imaginación como una herramienta poderosa para la capacidad de emprender y darle sentido a nuestra forma de actuar ante la sociedad, ante nosotros mismos, materializando con hechos lo que nos hemos propuesto. No basta con sólo tener buenas ideas, y dejar que se desvanezcan en eternos sueños, pues debemos estar consientes que, para llevarlas a cabo, existe un proceso el cual hay que estar dispuesto a vivenciarlo, apreciando cada etapa desde nuestra propia realidad. En este trance no debemos perder de vista el actuar en consecuencia, escuchando nuestro yo interno, de esa forma la satisfacción se contempla placentera, llena de vigor, llena de sentido, materializando lo que en algún momento fue un simple destello del pensamiento.

Entonces, valga la pregunta bajo la premisa que, si siempre hiciéramos lo que nos corresponde o actuamos obedeciendo lo preestablecido ¿será necesario el progreso, los avances en ciencia, la tecnología, los flujos de información, etc.?. Ciertamente es necesaria y fundamental la presencia de parámetros en los ámbitos jurídicos, políticos, éticos, económicos e incluso sociales, al mismo tiempo que estos deben ser lo suficientemente flexibles para dar libertad a la imaginación. Un ejemplo donde se utiliza la imaginación de manera concreta en el ámbito de gestión moderna es cuando se hace referencia al concepto de “lluvia de ideas” o “brainstorming” (Faickney 1938) que consiste en la exploración de muchas soluciones para abordar un tema en particular, donde se al final se van filtrando las soluciones de acuerdo a la realidad de la situación.

En definitiva y como podemos apreciar, la imaginación es posible abordarla desde diferentes prismas, pero lo más importante, a mi juicio, es estar consiente de que existe una cantidad importante de diferentes distractores presentes en nuestro entorno, los cuales podemos aprender a soslayar con cordura, para que nada nos quite el derecho a reflexionar nuestra realidad usando la imaginación como vehículo hacia la creación, a la obtención de masa crítica, a la actualización de nuestros sistemas políticos, sociales y económicos etc., lo cual ayudaría a impulsar una sociedad más dinámica, inclusiva y tolerante.

 

Guido Asencio Gallardo

Académico Universidad de Los Lagos, Osorno.

Integrante Artecrea La Unión.

 

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