Cau Cau: un giro a la sensatez
Señor Director:
20 abril 2018. Cuando usted va a comprar una casa, un auto, un mueble, incluso el pedido del supermercado, lo lógico es que revise a fondo el estado del bien o producto antes; así se evitará posibles malos ratos y gastos innecesarios de energía.
Algo de eso sucede con la acción anunciada por el Ministerio de Obras Públicas el fin de semana en relación al fatídico puente Cau-Cau. La nueva autoridad descartó la demolición inmediata y se tomará un tiempo para evaluar con precisión qué piezas del viaducto pueden ser reparadas y cuáles deben ser necesariamente desmanteladas.
Es una medida que por fin, después de varios años, pone algo de sensatez a un proceso que ha tenido de todo, menos una verdadera conducción que apunte al único objetivo que importa: finalizar exitosamente la obra cautelando de paso los recursos de todos los chilenos.
Ese afán de la anterior administración de tratar de borrar del mapa a toda costa cualquier huella de lo construido, sus errores de diseño y su correlación con lo avanzado, resultaba apresurado, casi sospechoso si se tiene a la vista que al tiempo que se insistía en derribar, el ministerio Público trataba de periciar la estructura para determinar responsabilidades penales en el marco de la investigación en desarrollo.
A lo largo de estos últimos años ha sido enorme el nivel de entuertos, errores, tropiezos –me quedo corto de palabras-, a lo que hay que agregar un verdadero listado de informes, estudios técnicos –unos más técnicos que otros, por cierto-, que ofrecen versiones contradictorias para precisar fallas, y nula claridad a lo que realmente importa, que es el camino más conveniente de solución.
Dicho de otra manera: la intención de echar abajo todo a tontas y a locas que caracterizó el último año y medio del gobierno pasado, era bien poco apropiada porque prácticamente todos los peritajes coinciden hasta hoy que el puente tiene una buena sanidad estructural; que, con matices, es reparable; y que ésta sería la mejor solución según la fórmula tiempo-costo-beneficio.
De esta forma, y tal como lo señalé el fin de semana: me alegra que esta administración esté dando los pasos atinados para resolver la continuidad del Cau Cau, y espero que a este proyecto se le ponga la máxima urgencia. Los valdivianos ya hemos sufrido bastante con la ausencia de conectividad.
Bernardo Berger Fett
Diputado de la República
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